En las zonas rurales prevalecía el contacto diario y directo con los recursos naturales básicos, especialmente en el entorno inmediato del hombre. A medida que el hombre se urbanizaba progresivamente, su asociación e interacción íntima con los recursos naturales disminuía y, con ello, su conciencia de dependencia de los mismos. Sin embargo, es imperativo que el hombre, dondequiera que viva, comprenda que su bienestar depende de la gestión y el uso adecuados de estos recursos.